En una tarde de 1980, nos reunirnos a dialogar, pues un nuevo hogar del saber estábamos por fundar. Hombres y mujeres decidimos apoyar el surgir de una nueva universidad fortaleciendo áreas que no ofertaba nadie más, con el apoyo del Arzobispo de Popayán, Samuel Silverio Buitrago Trujillo (Q.E.P.D.) empezamos a soñar.
Un sinfín de tareas nos propusimos lograr, pues un monto significativo debíamos recolectar, por un sueño que estaba por cosechar. Horas y horas trabajamos sin parar, pues una comunidad educativa estaba en la mitad, pues las puertas abrían el 14 de diciembre del 82 para ejecutar.
Con esfuerzo y dedicación las paredes pudimos levantar para darle nuevos logros a la población en general. Sin embargo, movimientos de tierra tuvimos que afrontar, pero como comunidad educativa supimos superar, dejándonos llevar por el viento hacia el sur nos quería aproximar.